El
pasado 18 de octubre se revelaron los ganadores de la edición 2017 de los Premios Ondas, otorgados por PRISA de manera anual a los mejores profesionales,
empresas y trabajos (tanto nacionales como internacionales) de la radio,
televisión, publicidad y música. Concretamente la radio, desde la llegada de Internet a la
mayoría de los hogares, ha cambiado radicalmente de rumbo afectando tanto al emisor,
al receptor como al productor radiofónico.
La
radio intenta ser lo más interactiva posible con el oyente, de modo que el
avance natural de las tecnologías de la comunicación da paso a la
interactividad transmediática. Según Henry Jenkins son transmedia: “aquellos relatos interrelacionados que están
desarrollados en múltiples plataformas, pero que guardan independencia
narrativa y sentido completo”. La cultura del oyente pasivo da paso a la
cultura del oyente participativo. La edad de oro del medio radiofónico,
obviamente, ya pasó, pero poco a poco va buscando una nueva forma de conectar
con el público.
Uno
de los programas nominados al premio Ondas (aunque desafortunadamente no fue premiado)
fue el programa de humor de la Cadena SER, La Vida Moderna. El cual,
personalmente, creo que es el programa que mejor se ha adaptado a lo que es la nueva
forma de hacer radio. Su emisión por las ondas se produce de 1:30 a 2:00 de la madrugada, de lunes a jueves. Bajo la dirección de David Broncano que, acompañado por el
canario Ignatius Farray y el salmantino Quequé, forman el tridente cómico con
mejor estado de forma del país en la actualidad. La peculiaridad de este
programa se basa en la gran cantidad de plataformas que utilizar para propagar
su contenido, así como la variedad de productos transmediáticos que han llevado
a cabo durante estos años.
Pese
a que la emisión se produce a la 1:30 de la madrugada, el programa se cuelga en
Youtube en formato vídeo a las 20:00, ya que los creadores son conscientes de
que la emisión en directo es meramente anecdótica puesto que la mayoría de su público
es gente joven que no puede permitirse quedarse entre semana a escuchar un programa de radio de madrugada. Como se puede apreciar en la imagen adjuntada, en la web oficial del
programa se muestran todas las redes sociales que tienen activas: Facebook,
Twitter, Youtube e Instagram, por un lado, y por otra parte muestran las opciones de descarga del
podcast: Ivoox e iTunes. El podcast está siendo un formato muy utilizado por prácticamente
todos los programas, ya que te permite una escucha con pausas, da la opción de
saltar secciones que no interesen al oyente y, sobretodo, se puede escuchar el
programa que se elija en el momento que se elija. También muestran sus listas
de Spotify, donde colocan todas las canciones que suenan en los programas, así
como todas las canciones de las que se ha hablado aunque no se llegaran a reproducir,
tratan de poner las mayores facilidades posibles al oyente. El uso de las redes
sociales por parte de su community manager, Alex Pinacho, da mucho juego, ya
que aparte de promocionar el programa con cortes graciosos propone juegos con
los seguidores de Twiiter, como abrir los mensajes privados durante una hora
para que le digan lo que deseen, avisa cuando va borracho o simplemente publica tuits graciosos de actualidad como si de una cuenta personal se tratara.
Otra
gran peculiaridad de los programas que intentan adaptarse a la “nueva radio” es
la grabación en vídeo de los programas. En este sentido, La Vida Moderna va un
paso más allá, ya que sube el programa íntegro a Youtube pero con material
inédito que no aparece ni en la emisión en ondas ni en el podcast. Este
material suele tratar sobre aspectos que no van a poder apreciarse
adecuadamente en audio por su componente visual, como pueden ser las luchas
canarias que se llevan a cabo por Pollito de Troya (uno de los muchos personajes
de Ignatius) y algún voluntario del público. Así como también durante la segunda
temporada, al final de cada programa se emitía únicamente por Youtube la
sección “Nos han traído una cosa”, donde los miembros del público ofrecían
regalos muy curiosos a los cómicos. Este tipo de contenido exclusivo fuerza a la gente que
escucha el Podcast, ya sea en el coche, en el trabajo o corriendo, a consumir
también el vídeo de Youtube para enterarse en todas las bromas que surgirán seguramente
en futuras ediciones. La asistencia de público en el estudio suele ser notable,
cerca de cien personas por programa. Las plazas de asistencia de público están
agotadas hasta 2018, a no ser que seas de Melilla, claro, entonces te acogerán
con los brazos abiertos.
La
creación de personajes de ficción por parte de los tres integrantes del
programa es algo recurrente: El Rancius, Pollito de Troya, Mr. Vomit, Osvaldo
Washington y un largo etcétera. Esto fomenta la aparición de nuevo material
externo a la radio, como pueden ser camisetas, tazas y merchandising en general. Pero también
crean material transmedia, como la canción “Todos somos Rancius”
interpretada por el personaje creado por Quequé, El Rancius. Este tema está
disponible en Spotify (con casi 200.000 reproducciones) e iTunes, y a su vez
llego a sonar en los 40 principales.
El
programa propone grabaciones muy curiosas para desplazar a la mayor cantidad de
público posible, creando eventos y hasta fletando autobuses. El desplazamiento
que más revuelo creó fue el especial “Cara al Soul” grabado en El Valle de los
Caídos. Especial donde únicamente sonaban canciones soul que se emitió en dos
mitades: una durante el trayecto en autobús y otra ya con la cruz del monumento
de fondo. Otro de sus desplazamientos importantes fue el que dio paso a fundar
su particular país: la democracia dictatorial de Moderdonia. El cual posee
bandera, himno compuesto exclusivamente para el programa (letra y música) y
unas leyes básicas. El poder de participación del público en estos eventos es total,
pueden intervenir durante la grabación e incluso pueden llegar a ser los
protagonistas. La palabra que define mejor este tipo de radio es “participativa”,
ya que esa bandera, ese himno y esas leyes fueron creadas por los fanáticos del programa mediante redes
sociales sin que los integrantes del programa lo pidieran. La conexión con el
público es total, un de los pilares sobre los que se busca construir esta
nueva radio.
Pero
no mueven únicamente gran cantidad de gente para su programa de radio, sino que
el programa creó su elemento más transmediático cuando apareció La Vida Moderna Live Show. Se trata de un espectáculo que hace gira por diversos teatros
nacionales e internacionales con material totalmente nuevo, pero manteniendo la
misma esencia y personajes que tiene el programa de radio, llenando los teatros
allá por donde pasa. De hecho este fin de semana han pasado en tres ocasiones
por el teatro La Rambleta de Valencia: viernes, sábado y domingo por la mañana,
llenando por completo la sala en las tres ocasiones. Una de estas actuaciones fue grabada profesionalmente y se puede adquirir por 1,98€ en la página web de Moderdonia, un elemento más de transmedia.
La
radio se ha reinventado, y algunos programas como este saben exprimir al máximo las
posibilidades que ofrecen las tecnologías de la comunicación. La
creación a partir de un programa de radio de personajes de ficción, canciones
propias, un show en teatros, un argot particular y hasta un país ficticio propio
le da a La Vida Moderna la cualidad de programa transmediático. La temática gustará
más o menos, mucha gente detesta que fuercen la cuerda de los límites del humor
cada vez que abren la boca y a otros les encanta (como a un servidor, por ejemplo), pero lo que no se puede negar
es que aprovechan todo lo que pueden los métodos de captación de seguidores. ¿Deberían
otros programas utilizar la misma fórmula o es simplemente posible su
funcionamiento en un programa de humor?
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