Skam y su uso del transmedia en las redes sociales.




Skam, “vergüenza” en español, era una serie noruega que se emitió de 2015 a 2017 en la cadena NRK.
La serie sigue a un grupo de adolescentes de un instituto de Oslo y cada temporada se centra en un personaje.
Lo que hace a Skam una serie tan única es el uso que le da a otros medios para aumentar su narrativa.
Cuando una temporada estaba en emisión, se desarrollaba a tiempo real, es decir, en la web oficial  se publicaban escenas que estaban ocurriendo a la vez en el mundo real y en el universo de la serie. Por ejemplo, dos personajes quedan a dar una vuelta a las 17:00, pues a las 17:00 en la web oficial se publicaba un vídeo de ellos encontrándose para ir a dar esa vuelta.
Esas escenas se recopilaban y al final de la semana se emitían juntas, lo que formaba un episodio de la serie, que podía ir desde 15 hasta 40 minutos, el tiempo de duración era muy flexible.

Esto es muy interesante porque aplica la captación del espectador de la televisión tradicional, es decir, aquel espectador que tiene que estar sentado en el sofá a las 22:40 para ver una serie, al mundo multimedia.
En este caso, el espectador de Skam necesita estar a las 17:00 en su ordenador para poder ver de qué hablan los dos personajes que han quedado. Incluso, un espectador muy fan puede adaptar su vida a la de Skam para estar siempre disponible cuando los personajes interactúan entre sí, lo que puede llegar a ser un nivel de obsesión preocupante, pero al fin de al cabo el objetivo final de todo producto audiovisual es mantener a los espectadores lo más enganchados posible.

Además de esto, los fans podían ver como los personajes interactuaban en tiempo real, ya fuese mediante Instagram o mediante un chat que se podía ver en la web de la serie.
Aunque a veces estas interacciones en redes sociales se veían en los episodios, algunas no, por lo que los espectadores debían estar bien atentos a Instagram o a la web para no perderse nada.
Las cuentas de Instagram no eran de los actores, eran de los personajes, y en el momento en el que subían una foto, era porque el personaje la había subido justo en ese momento. Los fans podían estar muy atentos de con quien estaba cada personaje, quien daba “me gusta”, quien comentaba, etc, como si estuvieran cotilleando a personas reales.
Al fin del cabo, ver una serie o una película se trata de “cotillear” que le pasa a otra gente, así que Skam lo que hizo fue llevarlo un paso más allá y hacer que ese “cotilleo” del espectador audiovisual emulase al “cotilleo” que se le puede hacer a cualquier persona real en Facebook, Instagram, Twitter, o cualquier red social. Gracias al transmedia los personajes cobraban vida gracias a las redes sociales, no había nada en su cuenta de Instagram que indicase que se trataban de personajes ficticios interpretados por actores que poco o nada tenían que ver con esas personas que aparecían en las fotos.

Skam solo está disponible para ver en noruega, pero la comunidad fan tradujo, en diversos idiomas, tanto los chats de los personajes publicándolos en cuentas de Twitter como los episodios que fueron subiéndose subtitulados a Google Drive. Es una serie que se convirtió en un éxito mundial gracias al boca oreja y al trabajo de los fans, ya que la promoción en todo el mundo (excepto en Noruega) fue nula.
Tal es el éxito de Skam que ya se preparan versiones en diversos países, como Alemania, Italia e incluso España, que será emitida en Movistar +. Pero el caso en el que me gustaría detenerme un poco es en el estadounidense.

Facebook será el encargado de emitir la versión norteamericana de Skam mediante su nuevo servicio de vídeo, Facebook Watch.
Skam será una de las primeras series originales de Facebook Watch (la primera es una comedia indie llamada Strangers, estrenada en septiembre de 2017), y aunque esta versión cuenta con la creadora de la serie original al mando, el hecho de que se emita en Facebook puede ser algo preocupante para el universo transmedia de esta versión en habla inglesa.
Facebook es una red social fundada por Mark Zuckerberg en 2004, y entre sus subsidiarias se encuentran Instagram, Facebook, WhatsApp o Oculus VR.
Esto quiere decir que lo más probable es que los personajes tendrán sus propias cuentas de Facebook, de Instagram, y los espectadores podrán ver sus chats en Facebook mediante capturas del servicio de mensajería de la red social, o de Whatsapp.
Pero hay muchas aplicaciones y formas de interacción que se quedan atrás, los personajes no podrán mandarse emails, ya que Gmail es de Google y Hotmail es de Microsoft. Tampoco podrán usar Snapchat, una app muy popular entre los jóvenes. Tampoco podrán hablar por Twitter o subir vídeos a Youtube.
Es decir, el hecho de que la nueva versión se emita dentro de una propia red social parece lo más transmedia posible, pero en realidad supone una gran limitación del relato.

Habrá que ver cómo consigue la versión estadounidense superar sus limitaciones, y cómo funciona el transmedia en los demás países europeos. Lo que está claro es que Skam empezó siendo una pequeña serie noruega y ha acabado siendo toda una revolución en el transmedia en cuando al uso de las redes sociales. Esperemos que las nuevas adaptaciones le hagan justicia.

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